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En Singapur, hay muchas cosas por hacer, y una de ellas, aunque parezca increíble, es visitar las obras de arte situadas dentro del Hotel Ritz Carlton.

Lo increíble y extraño, es pensar de pronto, que haya que dirigirse a un hotel para ver obras de arte, pero esa es una característica diferenciadora del Ritz Carlton, la masiva puesta en escena de obras de arte, y el par de esculturas de vidrio de Dale Chihuly que anclan las dos alas del edificio, dando una fina imagen al lugar.

La mayoría de las piezas que se ven repartidas en este sitio, fueron mandadas a hacer especialmente para los espacios públicos y suites. Entre los tesoros que se pueden ver, están Andy Warhol y los exuberantes colores de David Hockney, además de las composiciones geométricas de Rainer Gross y las formas monocromáticas de Henry Moore, sin contar con los botánicos de Robert Zakanitch. Lo más entretenido, es que se pueden guiar con su iPod para hacer un tour previo a la visita física, o bien, guiarse mejor.

El diseño, se puede observar dentro del hotel, incluso en las lámparas, que sorprenden con formas extrañas, novedosas y modernas.

A pesar que buena parte de los colores que decoran los espacios de este hotel son más cargados a las tonalidades tierra, es eso mismo lo que permite hacer más notorio cuando hay algo extravagante, como una escultura multicolor en el hall de entrada.

En los lugares donde se aprovecha las bondades del diseño para decorar, se puede ver cómo se genera un ambiente distintivo y generosamente elegante, por muy simples que sean las obras de arte. Tal vez en la simpleza radique su elegancia extrema.

Vía/ Ritzcarlton

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