La crisis económica ha calado fuerte en Singapur ya que las exportaciones no petroleras han decaído ya un 11% comparado a la misma época del año 2008.
El dólar de Singapur no ha sido inmune tampoco a los vaivenes de este mal momento y también se ha debilitado respecto a la divisa norteamericana convirtiéndose en una de las peores monedas de todo Asia en el último tiempo.
Por si fuera poco, el gobierno de Singapur no ha dado señales muy alentadores respecto al escenario futuro que se viene, pronosticando una caída de hasta un 9% en el PIB para este año 2009, haciendo decaer el ánimo de todos los protagonistas insertos actualmente en la economía del país.
Según la última encuesta bianual de AC Nielsen la confianza de los consumidores ha decaído al máximo, aún así los centros comerciales, locales de entretención y restaurantes mantienen su demanda habitual. La industria inmobiliaria con ofertas más económicas y las facilidades que ha diseñado, más adecuadas al momento económico actual han hecho que el sector prospere por sobre las ventas que históricamente marcaron en el año 2007, cuando la economía todavía estaba en auge.
En Singapur el desempleo es un fantasma que no pena con tanta agresividad como en otras partes del mundo, ya que las empresas están fuertemente controladas por el gobierno, por lo cual, los ajustes van hacia las licencias no remuneradas, bajas de salarios y eliminación de incentivos, pero se intenta mantener los empleos en su actual nivel a toda costa.
Con las medidas antes mencionadas, en Singapur el desempleo es de apenas un 2,5%, una cifra insignificante si la comparamos con Estados Unidos o algún país subdesarrollado, que con facilidad supera el 10%. La medida de bajar los salarios es bien recibida por la gente, ya que esto quizás no les permita comprarse una camisa de marca pero les permitirá seguir comiendo y manteniendo a sus familias con lo básico, mientras pasa el mal tiempo.
La red de protección social funciona bastante bien en Singapur, por lo que todos los que estén cesantes al menos tendrán garantizada su vivienda y comida, así como la posibilidad de retirar sus ahorros previsionales en caso de requerirlos ante alguna emergencia, cosa que en Estados Unidos no pasa, ya que ahí se retienen los ahorros hasta el momento de la jubilación.
Desde que llegaron las grandes empresas y corporaciones a Singapur, el gobierno comenzó a invertir el dinero recaudado de los impuestos en vivienda social, educación y salud, apoyando a los ciudadanos en estos momentos difíciles, que es cuando más lo necesitan.
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